Este espacio es para compartir la esperanza de que hay un nuevo amanecer luego de la pérdida de un ser amado. El duelo suele ser un proceso doloroso, pues es la reacción emocional ante la pérdida. El duelo se refleja en la vida del doliente a nivel fisico, psicológico y espiritual. Te tengo noticias, el duelo se puede aliviar y superar, pero conlleva tiempo y trabajo. Hay que elaborar tareas para que al final del camino puedas reinvertir tu energía de forma productiva, sin tener que olvidar a esa persona amada. Cada uno de nosostros tenemos un faro el cual con su luz te alumbrará para que puedas continuar con tu vida, recordando en el corazón, a la persona que se fue de esta vida terrenal.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Emociones contradictorias en la pérdida ambigua


La pérdida ambigua es:
  • Es una pérdida que no está clara
  • No se puede arreglar
  • No tiene clausura
  • Puede ser física o psicológica
 Dos tipos de pérdida ambigua:
  1.    Ausencia física y presencia psicológica= Catastrófico- son los desaparecidos, secuestro, perdido sin tener rastro, perdido en acción. Más común son los hogares de cuidos, divorcios, infertilidad, adopción, hogares sustitutos, activación militar.
  2.    Ausencia psicológica y presencia física= Catastrófico- la enfermedad de Alzheimer y otras demencias,  daño cerebral, autismo, adicción, depresión. Mas común- las preocupaciones, nostalgia del hogar, amoríos, obsesión con la computadora
Emociones contradictorias
Los que viven una pérdida ambigua están llenos de pensamientos y sentimientos conflictivos. La resolución de la ambivalencia radica en esencia en ayudar a la persona a reconocer sus sentimientos conflictivos. Debido a la ambigüedad los seres queridos no consiguen aclarar su situación y emocionalmente se sienten arrastrados en direcciones opuestas:

  •  Amor y el odio por la misma persona
  • Aceptación y rechazo de su papel de cuidadores
  • Afirmación y negación de su pérdida

A veces creen que reprimir sus emociones y controlar sus sentimientos de agresividad porque las normas sociales prescriben que alterarse es inapropiado y perjudicará más a la persona desaparecida, al anciano demente o al niño comatoso. Un ejemplo menos extremo, es el nido vacío, cuando un hijo se va a estudiar en una universidad al exterior los padres experimentan ambivalencia con este tipo de transición, se sienten felices y tristes simultáneamente por la partida de sus hijos que dejan su casa.

Referencia:
Boss, P. (2001) La pérdida ambigua: cómo aprender a vivir con un duelo no terminado. Editorial Gedisa

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