Este espacio es para compartir la esperanza de que hay un nuevo amanecer luego de la pérdida de un ser amado. El duelo suele ser un proceso doloroso, pues es la reacción emocional ante la pérdida. El duelo se refleja en la vida del doliente a nivel fisico, psicológico y espiritual. Te tengo noticias, el duelo se puede aliviar y superar, pero conlleva tiempo y trabajo. Hay que elaborar tareas para que al final del camino puedas reinvertir tu energía de forma productiva, sin tener que olvidar a esa persona amada. Cada uno de nosostros tenemos un faro el cual con su luz te alumbrará para que puedas continuar con tu vida, recordando en el corazón, a la persona que se fue de esta vida terrenal.


martes, 22 de abril de 2014

Muertes traumáticas



Hay muertes anticipadas que nos dan tiempo para prepararnos a su llegada. Pero hay otras muertes que ocurren sorpresivamente, de golpe, como un relámpago inesperado. La muerte de un familiar anciano, o de alguien que cede poco a poco ante una enfermedad inexorable, llega de un modo más o menos esperado. El corazón puede prepararse, porque adivina que, tarde o temprano, una vida terrenal termina. Estamos, entonces, listos para acoger el “golpe”, que no deja de ser doloroso, pero que sabemos que el final está próximo. 

En la muerte súbita  la situación es muy diferente cuando un hecho imprevisto por ejemplo, un ataque al corazón fulminante, un choque, un secuestro, un atentado, un accidente de trabajo, irrumpe en una vida y provoca una muerte inesperada. Una curva mal tomada, un pinchazo en la rueda, una balacera en la calle, un terremoto, un incendio en el avión o en el barco: hechos veloces, hechos inesperados, violentos, a veces misteriosos, nos arrancan la presencia de un ser querido. Las muertes súbitas llaman a las puertas de cualquiera: del niño y del adulto, del rico y del pobre, del ciudadano honesto y del delincuente, del santo y del pecador, del amigo y del enemigo. No hay distinciones, todos, somos igualmente vulnerables, frágiles incapaces de defenderse o de huir.

En la muerte inesperada hay cinco elementos que considerar:

1.      Muerte súbita/ inesperada y rápida, hay una falta de previsión o anticipación- Tiene efectos de shock, abruma al doliente afectando la capacidad para afrontar la situación. No hay la oportunidad para despedirse y terminar los asuntos pendientes. La muerte súbita no tiene sentido, a menudo hay un esfuerzo obsesivo de reconstruir los eventos para comprenderlos. Van acompañados por reacciones emocionales intensas: miedo, ansiedad y la sensación de vulnerabilidad y la pérdida de control. El trauma va seguido de pérdidas secundarias tales como: no ver el cadáver que pueda confirmar la muerte, la necesidad de rescatar a otros, atender a los heridos y las demandas legales.
2.      Violencia, mutilación y destrucción- En los eventos traumáticos pueden producir sentimientos de terror, miedo y ansiedad. Estos sentimientos van acompañados con la sensación de vulnerabilidad, victimización, impotencia. La fantasía de morir de forma grotesca, pensamientos agresivos y de venganza, la necesidad de ir una y otra vez en la escena de los eventos traumáticos.
3.      Prevenible y/o al azar- Los dolientes lo ven como algo que pudo ser evitado. Parece ser un evento deliberado, irresponsable y negligente. Como resultado, las victimas de trauma pueden estar enojados, indignados y frustrados. Por lo tanto, se esfuerzan de manera intensa por encontrar la causa del evento, determinar la responsabilidad e imponer un castigo. Cuando un evento traumático es percibido como azar, impredecible incontrolable, puede ser terrífico, espantoso. Los dolientes/víctimas a menudo se culpan a sí mismo por tales eventos.
4.      Muertes múltiples- Es un encuentro traumático especialmente cuando ocurre simultáneamente y en sucesos rápidos, producen una sobrecarga de duelo (Kastembaun, 1969)  en el cual los dolientes encuentran difícil trabajar con sus pérdidas, reacciones de duelo y el luto. Las muertes múltiples y perdidas a menudo son parte de tragedias públicas.
5.      Encuentro personal de duelo con la muerte puede ser esta de carácter masiva confrontación con la muerte y mutilación de otras personas- Puede amenazar la sobrevivencia personal o puede seguir con una confrontación masiva/ o shock con la muerte y la mutilación de otras personas. Es una experiencia de miedo, terror, aumento de la excitación, sensación de abandono, impotencia y aumento en la vulnerabilidad. Es un horror a los estímulos sensoriales, (imágenes, sonidos, olores) a menudo producen fenómenos reactivos, tales como pesadillas, escenas retrospectivas y las imágenes y recuerdos intrusivos.

Identificamos los siguientes eventos traumáticos:
Hay víctimas de actos humanos:
  • Terrorismo
  • Violaciones
  • Incesto
  • Maltrato
  • Asaltos criminales
  • Robos
  • Tortura
  • Atrocidades de guerra
Hay otras víctimas por desastres naturales:


  • Enfermedades
  • Accidentes serios
  • Huracanes
  • Tornados
  • Terremotos
  • Tsunamis
  • Inundaciones
De acuerdo a la Dra. Rando, en la muerte súbita la capacidad de hacer frente a la muerte se ve disminuida en comparación a la muerte anticipada. El mundo que conocemos hasta ahora,  ha dado un cambio brusco, todo va a ser distinto. Los dolientes de eventos traumáticos están en estado de «shock», muy aturdidos por la muerte súbita de la persona amada. 

La muerte inesperada es un tipo de pérdida perjudicial, que generalmente termina en un duelo complicado. La capacidad de la persona para adaptarse y la capacidad de hacer frente y poder funcionar se ven seriamente afectado. Los dolientes se sienten abrumados. El dolor es más agudo y traumático y las reacciones son más severas, exageradas y complicadas. Esto es un SHOCK doloroso por la inhabilidad para creer lo que ha sucedido. Este estado de choque sobrecarga las capacidades para reaccionar. La persona se siente abrumada por el suceso inesperado e imprevisto y sus mecanismos para enfrentar la situación resultan insuficientes.

Algunas reacciones a una muerte traumática son:
      Sentimientos extremos
      Desconcierto
      Ansiedad
      Autorreproches
      Depresión
      Incapaz de continuar una vida normal
      Cambio brusco del mundo conocido por el doliente- destrucción súbita
      Realidad sumamente dolorosa
      No hay un adiós
      No se concluyen negocios, planes, viajes…
      Profundo sentido de perdida en la seguridad
      Se pierde confianza en el mundo
      Ansiedad persistente- duelo crónico

Si vives estas reacciones de manera intensa como si hubiese muerto ayer tu ser querido y
eres un doliente que sobrevive de un evento traumático, busca ayuda para que puedas procesar tu duelo de manera normal y saludable.

Si eres doliente debido a un evento por asesinato, violencia de tu ser querido, y vives en Puerto Rico, hay ayuda en ALAPAS (http://alapas.org/category/blog/) tienen grupos de apoyo (http://alapas.org/category/centro-de-ayuda/grupo-de-apoyo-centro-de-ayuda/).

Si deseas consejería individual de pérdida y duelo  llama a Tel 787-367-1654
Edu Emilia Sáez, Consejera Profesional, Tanatóloga Certificada

viernes, 18 de abril de 2014

EL DUELO EN LA BIBLIA




¿Qué es la VIDA?
La vida es un ciclo: desde la reproducción, el nacimiento, sigue con el proceso de socialización y el final, la muerte. Esa debería ser la línea de la vida, que podamos morir de viejos, aunque no siempre sucede así. La realidad en la cultura occidental ante el nacimiento y la muerte es la siguiente: el nacimiento se percibe como una experiencia positiva, es un momento gratificante, el cual se espera con mucha alegría, mientras que la muerte se percibe como una experiencia negativa, devastadora y por tanto, se resiste y no es bienvenida. (Sáez E. 2013). 


Sin embargo esto no fue siempre así, en el principio Dios creo todo, el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, la vegetación, los animales y finalmente la raza humana y cuando termino su creación dijo que todo era bueno, “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.”. Génesis 1:31

Pero luego, entonces el creador dio unas instrucciones a su máxima creación (el hombre y la mujer) para que mantuvieran la belleza de su creación pero la desobediencia vino y provocó unas consecuencias fatales, la muerte. “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Génesis 2:15-17

¿Qué es el DUELO?
Se refiere al proceso de experimentar reacciones psicológicas, sociales y físicas de acuerdo a la percepción que se tenga de la pérdida. Es la pena profunda por la pérdida de un ser querido. Es un proceso dinámico, con cambios y múltiples posibilidades de expresión y no como un estado estático con limites rígidos (Sáez E, 2013).
 
La Biblia nos da ejemplos de personas en duelo. Quisiera presentar como algunas de las historias bíblicas manejaban la experiencia del duelo. José muestra su experiencia sobre la muerte de su padre Jacob (Israel) “Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó. Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.  Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días. Génesis 50:1-3

Es interesante porque José y su padre eran hebreos y la costumbre de ese pueblo era que el periodo de embalsamamiento duraba cuarenta días, sin embargo, ellos estaban viviendo en Egipto y la costumbre de ese lugar era que el luto duraba 70 días y luego era que se enterraba el cadáver.

Otra historia interesante es la reacción de Job ante la pérdida de todos sus bienes y la muerte de sus 10 hijos en el mismo día, “Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito;  y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” Job 1:18-21

Ante una pérdida tan significativa (todos sus bienes y todos sus hijos), vemos el inmenso dolor que causa una muerte súbita o inesperada, aun así la fe de este hombre fue un amortiguador de excelencia para tan grande pérdida.

Otra historia conmovedora es la reacción de David ante la muerte de su hijo recién nacido, “y enfermó gravemente. Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el  niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? 

Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, más él no volverá a mí. Y consoló David a Betsabé su mujer…” 2 Sam.12:15-24

La Biblia tiene muchas historias interesantes de cómo se refleja el luto y el duelo, de cada experiencia nosotros podemos aprender.  Finalmente quiero presentar lo triste del proceso de la muerte para nosotros cuando vamos a perder seres especiales que marcan nuestra vida antes de morir ante una muerte anticipada.

Les hablo de la muerte de Jesús. “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Mateo 26:36-39

En otra escena de la misma experiencia de la muerte anticipada de Jesús, “Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él.  Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.  Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.” Lucas 23:26-29

Y finalmente, hasta el cielo se entristeció ante la muerte de Jesús. “Cuando era como la hora sexta (las 12 del medio día), hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena (tres de la tarde).  Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.  Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.” Lucas 23:44-46 

Como podemos ver según la Biblia, la muerte es una experiencia triste para el sobreviviente, pues tiene que hacer ajustes a la experiencia de su pérdida y del deber que tiene para acostumbrarse a vivir sin la persona que ha muerto. A través de las diferentes épocas y las diferentes culturas hemos podido ver variaciones en el proceso pero entiendo que el dolor de la perdida sigue siendo el mismo no importa cuál sea la época o la cultura de la persona que experimenta la experiencia del duelo. 

Pastor Carlos Rodríguez (estudiante del II Certificado Tanatología Holistica)
Tel. 787-667-9296
Iglesia Nazareno
Calle Crotón T-711
Urb. Loíza Valley
Canóvanas, Puerto Rico 00729