- La persona que ha perdido a un ser querido en un accidente o situación similar no debe conocer los detalles del acontecimiento.
- Falso. Conocer los detalles vinculados a la muerte de su ser querido le ayuda a aceptar la realidad de la pérdida. La falta de información permite que elabore hipótesis y fantasías que pueden impedir la resolución del duelo
- Creer que se ve a la persona fallecida significa que el doliente se encuentra cercano a la locura o al borde de sufrir una depresión.
- Falso. Cuando una persona siente dolor por la pérdida y está al inicio del duelo, su necesidad puede llevarlo a que vea o sienta a la persona fallecida. No obstante, es importante permanecer alerta frente a señales que muestren una alteración en el proceso de elaboración del duelo y buscar ayuda profesional cuando se considere conveniente.
- La intensidad y duración de los sentimientos asociados al trabajo del duelo son proporcionales al cariño que se le tenía a la persona fallecida.
- Falso. El trabajo del duelo es una experiencia que depende de las características de cada individuo, del significado que para cada uno tenía la persona fallecida, de aspectos sociales y culturales.
- Cuando la persona muere, se pierde para siempre su recuerdo y no queda nada de ella.
- Falso. Aunque la relación ya no sea igual, debido a la ausencia física, los recuerdos no desaparecen. Estos reaparecen acompañados de sentimientos a lo largo del proceso de duelo que lleva la persona.
- La persona que ha sufrido la pérdida debe retomar inmediatamente sus actividades. Entre más ocupada esté mejor.
- Falso. Es conveniente que la persona, en lo posible, disponga de cierto tiempo para reflexionar y sobrellevar el proceso psicológico que implica una pérdida. Un retorno rápido a sus actividades cotidianas podría implicar que el proceso de duelo no se realice de manera satisfactoria y su vida en general se vea afectada de manera negativa.
- El sentimiento por la pérdida de un ser querido es un afecto que no debe ser expresado, ya que esto facilita sobrellevar la situación.
- Falso. Aunque en nuestra cultura se veneran el valor y la entereza, resulta conveniente hacer a un lado esta creencia, el sufrimiento debe ser expresado de alguna manera, con el fin de permitir al doliente descargar todo lo que siente.
- Ya serás tú mismo (a) otra vez.
- Falso. Luego de experimentar una pérdida significativa, la persona nunca vuelve a ser la misma. La muerte puede ser una experiencia devastadora, pero también una experiencia de crecimiento, la actitud del doliente marcará la diferencia.
- Los grupos de apoyo o de autoayuda son para personas débiles.
- Falso. Participar en grupos de apoyo o autoayuda permite al doliente entender que no está solo en su dolor. Este tipo de apoyo los ayuda en su camino hacia la recuperación.
- Los niños no poseen la capacidad para entender experiencias como la muerte y el duelo. Lo mejor es negarles todo para protegerlos.
- Falso. El niño es capaz de experimentar una situación de duelo. Una pérdida (por ejemplo, la de su mascota) puede convertirse en una gran oportunidad de aprendizaje que le ayudará para afrontar situaciones de pérdidas iguales o más dolorosas. Solo recuerde utilizar un lenguaje sencillo.
- Si uno no habla sobre el dolor que siente, este desaparecerá más rápido.
- Falso. Entre más temprano una persona empiece a hablar sobre su dolor, el proceso de recuperación será mucho más suave.
Lic. Yercia Rivera. La
Prensa / Eric Batista (La autora es psicóloga y miembro
de la Fundación Piero Rafael Martínez de la Hoz. proyectosespeciales@duelo.org)
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