Aunque todas
las personas tienen un proceso diferente de duelo, existen algunas
recomendaciones que se pueden seguir para superarlo. “Hasta siempre”, “pronto
te alcanzaremos”, “guárdame un lugarcito a tu lado”, “te voy a extrañar” y
muchas más son algunas de las frases más comunes que le decimos a nuestros
seres queridos cuando mueren; pero ¿qué sigue después?
Las personas
que pasan por un duelo pasan por diferentes estados: dolor, negación, rencor,
coraje, resignación y aceptación; sin embargo, no todos tienen la capacidad de
sobrellevar una situación de pérdida, lo cual causa es un problema emocional
que va de la mano con afectaciones en la salud física.
El duelo
El duelo
representa el enfrentamiento a una situación de pérdida; generalmente es
relacionado con la muerte de un ser querido, pero, según los expertos, también
se da con la pérdida de trabajo, una relación amorosa, una amistad, separación
de los padres o hasta enfrentar un diagnóstico médico negativo. El proceso
de duelo lleva tiempo, es indefinido según el doliente; pero finalmente el
alivio aparece de forma gradual. El
grado de afectación se da de acuerdo con la relación que se tuvo con la persona
que falleció y la estabilidad emocional del doliente; además, en los últimos
años, las circunstancias en las que se da la muerte también influyen en la
superación del duelo.
Cuando la
persona que muere estuvo convaleciente por un tiempo prolongado, el proceso de
duelo es más corto y digerible por parte de sus familiares. Mientras que cuando
la muerte se da en un accidente o violenta, el duelo se vuelve más complicado;
los deudos no logran comprender y aceptar lo que les tocó vivir; es entonces
cuando se requiere un apoyo más profesional por parte de psicólogos o tanatólogo. Por otra
parte, perder a un ser querido a consecuencia de un suicidio también se
convierte en una situación difícil de enfrentar ya que se experimentan
sentimientos de culpa y hasta rencor con el occiso ya que no se logra
comprender cuál fue la causa que lo llevó a tomar esa terrible situación.
Etapas del
duelo
La
psiquiatra suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross, que fue una experta en
cuidados a personas moribundas o en situación de pérdidas propuso un modelo
titulado las cinco etapas del duelo, que resume los estados por lo que pasará
un doliente en esta situación.
- Negación y
aislamiento: la negación se usa como forma de defensa y permite amortiguar el dolor
ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa
provisoria y pronta será sustituida por una aceptación parcial.
- Ira: la negación
es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los
porqué. Es una fase difícil de afrontar para las personas que rodean al
doliente; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aun
injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable.
Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza.
- Pacto o
negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, más el enojo con la
gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar
superar la traumática vivencia.
- Depresión: cuando no se
puede seguir negando la persona se debilita, aparecen otros síntomas y se verá
invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporáneo y
preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente
intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo:
esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al
doliente. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación
final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no
esté triste.
- Aceptación: quien ha
pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos
contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y
creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi
desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar
bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio
dolor... la vida se va imponiendo.
Aunque estas
etapas pueden ser una referencia, no significa que todas las personas las vivan
exactamente en la misma secuencia e intensidad, pues en la mayoría de los casos
las emociones y los patrones de ajuste fluctúan: unos dolientes pasan por una
fase determinada (rabia, por ejemplo) más de una vez, otras experimentan
distintas reacciones emocionales al mismo tiempo y hay quienes parecen saltarse
las fases. Además, de
las fases emocionales el doliente también sufrirá síntomas físicos como:
- Episodios de
llanto.
- Diarrea.
- Mareos.
- Latidos
cardíacos rápidos.
- Sentir que
tiene un bulto en la garganta.
- Alucinaciones
(como ver imágenes de la persona fallecida).
- Dolores de
cabeza.
- Hiperventilación.
- Náuseas.
- Falta de
apetito.
- Inquietud.
- Falta de
aire.
- Problemas
para dormir.
- Opresión en
el pecho.
- Cansancio.
- Pérdida o
aumento de peso
¿Cómo
enfrentar el duelo?
Cada persona
maneja el duelo como mejor le parece, algunas personas deciden encerrarse en su
casa por varios días, otras viajar y otras simplemente continuar con su vida;
en ninguno de los casos se considera que el proceso sea destructivo, sólo hay
que dejar que se dé el proceso y si no hay avances lo mejor es recurrir a una
atención especializada. Si usted o algún familiar están pasando por esta crisis
los expertos recomiendan los siguientes puntos para superarla:
- Hablar con otras personas sobre cómo
se siente. Entenderán por lo que está pasando y no se sentirá solo. Si lo cree
necesario, acuda con un profesional.
- Usted es importante para su familia
y amigos, no ponga
una barrera si buscan acercarse.
- Es válido tomarse un tiempo para
aceptar la pérdida de un ser querido, para estar triste. Sin
embargo, no deje que dicho tiempo se prolongue. Acuda a las reuniones
tranquilas e informales para evitar aislarte.
- Si no siente deseos de hablar, busque
otras maneras de expresar sus sentimientos. Un diario, una canción, una carta,
un poema o algún tributo sobre los recuerdos que tiene con ese ser querido es
una enorme salida. Puede compartirlo o mantenerlo privado.
- Es normal llorar o enojarse. No reprima
esos sentimientos; aprenda a expresarlos.
- Mantenga sus tareas diarias. Vuelva a tu
rutina normal diaria lo más pronto posible.
- Duerma bien. Evite
saltarte comidas pero mantén una dieta balanceada, su cuerpo necesita
nutrientes. Hacer ejercicio regularmente, cambiará su humor.
- Evite el alcohol. En
ocasiones éste resulta contraproducente y le hará sentir más deprimido.
- Si necesita tomar una decisión
importante o resolver un problema, es preferible que pidas la opinión o ayuda de alguien
más. El estado de ánimo en el que se encuentra puede afectar cualquier
decisión.
¿Duelo o
depresión?
Aunque no
existe un tiempo definido en que una persona debe superar el duelo, los
especialistas señalan que es probable que comience a sentirse mejor dentro de
las 6 a 8 semanas siguientes, sin embargo, el proceso completo puede durar
entre 6 meses y 4 años.
Además
también deberá luchar con la culpa al empezar a retomar su vida, ya que es
frecuente sentirse desleal hacia su ser querido, porque está avanzando hacia
nuevas relaciones o formas de vivir sin él. Se debe estar atentos porque los
síntomas del duelo y la depresión pueden ser muy similares, por lo que si usted
no nota una mejoría después de un tiempo, si su vida diaria no vuelve a la
normalidad y está empezando a hacerse daño o hacer daño a otras personas, lo
recomendable es pedir ayuda.
Servicio del tanatólogo
El tanatólogo está capacitado para ayudar al doliente
en el proceso de duelo; así como en cualquier tipo de pérdidas significativas. Otra
la finalidad del tanatólogo es procurar que al paciente o cualquier ser humano
que sufra una pérdida se le trate con respeto, cariño, compasión y que conserve
su dignidad hasta el último momento. El tanatólogo entiende, conoce el tema de
la muerte y ayuda brindando apoyo durante todo el proceso de muerte, en la
elaboración del duelo y así lograr vivirlo de una manera positiva.
REFERENCIA:
Fuentes:
familydoctor.org, kidshealth.org, www.apa.org, www.guioteca.com,
www.plusesmas.com, sociedad.comohacerpara.com
Recuperado de
Internet 21 diciembre 2013
http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/475628.aprender-a-decir-adios.html