Este espacio es para compartir la esperanza de que hay un nuevo amanecer luego de la pérdida de un ser amado. El duelo suele ser un proceso doloroso, pues es la reacción emocional ante la pérdida. El duelo se refleja en la vida del doliente a nivel fisico, psicológico y espiritual. Te tengo noticias, el duelo se puede aliviar y superar, pero conlleva tiempo y trabajo. Hay que elaborar tareas para que al final del camino puedas reinvertir tu energía de forma productiva, sin tener que olvidar a esa persona amada. Cada uno de nosostros tenemos un faro el cual con su luz te alumbrará para que puedas continuar con tu vida, recordando en el corazón, a la persona que se fue de esta vida terrenal.


martes, 19 de junio de 2012

Mi Generación

Mi generación es conocida como los baby boomers, pues nacimos luego de la II Guerra Mundial, para las décadas 40 a los 50. Estamos ahora con nuestros padres ancianos, esto conlleva una serie de cambios significativos y pérdidas dentro de nuestro sistema familiar. Por ejemplo, ahora se invierten los roles, y somos los hijos los cuidadores principales, los que le ofrecen seguridad y protección a nuestros padres. Es importante equilibrar esto y no requerirles demasiado a nuestros viejos.

Están en la edad para cuidarlos, amarlos, protejerlos y darles calidad de vida, como hicieron ellos con nosotros en nuestra infancia y adolescencia. A veces, tenemos que sugerirles en vez de ordenarles lo que deben hacer. Hay que respetarles siempre,  pues siguen siendo nuestros padres, aunque actúen como niños. Dice la Palabra Bíblica: "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean alargados", es el único mandamiento con promesa.

Evaluando la vida, me doy cuenta que la misma es cíclica, y que volvemos al final de nuestros días a ser como niños, a lo mejor por eso dice la Biblia:  "Hay que ser como un niño para entrar al Reino de los Cielos". Mi padre es como un niño, pero lo amo con amor eterno, no es el padre que recuerdo alto, fuerte de constitución física, con palabra sabia en sus labios al solicitarla. Ahora es frágil y vulnerable físicamente y ahora su hablar cotidiano suele ser repetitivo, a menos que le demos conversación a través de preguntas para hacerle recordar algunas cosas.

Sin embargo, siempre recordaré a papi como el padre, protector, fuerte y a la vez suave, sabio, trabajador, responsable con la esposa y sus hijos, al viajero incansable, al autodidacta, al lector voraz, al comunicador de pensamientos e ideas, el amante de la patria que le vio nacer. Eso y mucho más es la esencia y lo que significa en mi vida mi padre. El cual tendré y atesoraré en mi recuerdos, mientras hay que darle al anciano  una vida de calidad, llena del amor recíprocando todo lo bueno que merece el patriarca de mi familia. Imagino que muchos de mi generación estarán viviendo algo parecido a lo que vivo hoy.

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