Hay muertes anticipadas que nos dan tiempo para prepararnos a su llegada.
Nos brinda la oportunidad de despedirnos y de cerrar y concluir la relación con
ese ser querido. Sin embargo, la muerte inesperada y súbita es como un golpe, un
rayo que cae y nos deja aturdido por lo que ha sucedido.
Un desastre natural, un ataque al corazón, accidente, homicidio, terrorismo y las
guerras, entre otras, nos causan un choque a nuestra rutina diaria. De la cual
no control de lo que sucede. Entonces entendemos que somos frágiles,
vulnerables a morir en cualquier momento, y nadie está exento a esta dura y
dolorosa realidad. La muerte es universal, inevitable e inclusiva.
Un sentimiento muy normal a este tipo de muerte es sentirse abrumados.
Es difícil de digerir el acontecimiento. El doliente generalmente reconstruye en
su mente la imagen una y otra vez, como si fuera una muerte anticipada.
Sugerencia:
1. Inicia un diario reflexivo en una libreta, escribe, dibuja, coloca
fotos significativas para ti.
2. Escribe primero tu historia de la muerte y cuáles fueron tus sentimientos, ideas de lo que sucedió.
3. Luego escribe como fueron los ritos funerarios y como estaba el
tiempo dentro de ti esos días.
¿Tú has vivido esta situación?
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