Tener la dicha de
tener una madre que te ama y durante tus años te ha cuidado y protegido. También
ha sido tu maestra, enfermera, cocinera, te ha disciplinado, amiga y consejera
entre otros roles que desempeña una madre. Hay tantos recuerdos desde pequeña que uno
atesora de como tu madre te ha consentido y ha estado presente a lo largo de tu
vida.
En el final de su
vida verla tan frágil, pero con ese espíritu de una mujer joven, aunque sus
huesos datan de casi 88 años. Ahora es el momento de cuidarla y protegerla. Hay
que tomar decisiones por ella, claro contando con lo que ella desea. Cuando al
inicio de nuestra vida ella era la que decidía por uno. Veo la vida como una
rueda, la vida es un ciclo, la vida son etapas, donde todos de una manera u
otro estaremos arriba, al lado y abajo.
Al final de su vida nuestra
madre no se veía sin su esposo, el que ya se adelantó al plano espiritual y aun
lo echa de menos. ¿Cómo no? Si estuvieron juntitos por 64 años, ah y tres años
de novio, lo dice cuando cuenta su historia de perdida. Lo echa de menos, hace
poco fue por primera vez a una convención sin él. Pero llegó super contenta
pues disfrutó y se sintió atendida por las personas que estaban ahí.
Al final de su vida
nuestra madre fue diagnosticada con cáncer de mama. Nosotros también estamos
viviendo esa situación. Nuestra actitud es importante ante la de ella. Hay que
motivarla, pues la esperanza y la fe no se pierden, no importa la edad que se
tenga. Los médicos que tienen son personas con mucha sensibilidad y muy
conscientes del tratamiento que le pueden dar a una mujer de su edad y su condición
de salud. Sin embargo, la actitud de ellos hacia ella ha sido una de nieto
hacia una abuelita (así la veo yo), y ella se siente bien y segura de que lo
que hacen está bien. A pesar de su edad mi madre aun ama la vida.
Al final de la vida
la actitud que asumimos dependen muchas cosas, de cómo se vive la vida que
tenemos hasta ahora. A veces vivimos como si nadie que amamos va a morir en algún
momento y que la muerte nos llegara a nosotros también. Las pérdidas, duelen
por eso el proceso que vivimos luego se llama duelo. Nosotros los “baby boomers”
estamos al final de la vida de nuestros padres, los cuales están en sus 80 a 90
años de edad. Es una muerte anticipada, debemos tomar decisiones por ellos,
cuidarlos, protegerlos como al inicio de nuestra vida lo hicieron ellos.
Al final de la vida
es un momento normal y hay que lidiar con ella para nuestra madre, como lo
hicimos con nuestro padre. Todos nosotros algún día nos tendremos que enfrentar
con el final de nuestra la vida. Yo espero hacer lo que debo hacer, amar a los
que nos rodean. Poder decir: he vivido
la vida que he querido tener, con los altos y bajos. Espero vivirla de manera intensa,
experimentar varias emociones y sentimientos, pues todo es relativo.
¿Qué decidirás hacer tú
al final de tu vida?
Fotos:
Primera- mi madre
Segunda- mi familia
Edu Emilia Sáez, (hija, hermana, tía, esposa y madre)
Consejera Profesional
Tanatóloga Certificada
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